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La Doctrina de Nuestra Fe


La siguiente declaración de fe, la tenemos como base de comunión entre nosotros, para que todos hablemos una misma cosa. No pretendemos que esta declaración contenga todas las enseñanzas bíblicas, sino que solamente contengan algunas de las doctrinas fundamentales de la fe cristiana. Otras enseñanzas practicas de la vida cristiana verla en El Reglamento.


Los principios que articulamos a continuación constituyen la base de sustentación y soporte doctrinal de nuestro Ministerio; sobre ellos descansan las normas que organizan la composición, estructura, objetivos y razón de ser de nuestras Iglesias, siendo en consecuencia, verdades irrenunciables, absolutas, y esenciales de nuestra vida y nuestra predicación.

1. CREEMOS QUE LA BIBLIA ES LA PALABRA DE DIOS: Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, son inspirados por Dios, la revelación de Dios para el hombre y la única regla infalible de fe y conducta. Es superior a la conciencia y la razón, sin ser contraria a éstas. (2Timoteo 3:15-17, 1Tesalonicenses 2:13, 2Pedro1:21)
 

2. CREEMOS QUE HAY UN SOLO DIOS, creador del universo, los cielos, la tierra, y el hombre, el cual es infinitamente perfecto, existiendo eternamente en tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo. (Deuteronomio 6:4, Mateo 28:19, Lucas 3:22, 1Timoteo 1:15-17).
 

3. CREEMOS QUE LA DOCTRINA DE LA TRINIDAD: Es un misterio profundo que la mente finita no puede sondear. Este término no se encuentra en la Biblia, pero el concepto aparece en ella con claridad. Podemos definir la Trinidad como un Dios único y verdadero, pero en la unidad de la Deidad hay tres personas, Padre, Hijo y el Espíritu Santo coeternas y coiguales; iguales en su sustancia y distintos en la forma que se han revelado en la historia de la humanidad. Es omnipotente, omnisciente y omnipresente. (1Juan 5:7 1Jn.5:7 Génesis. 1:1 Gn.1:26,27. Mateo 28: 18-20, Jn.14:26. Dn.7:13,14. Mateo 3: 16, 17, 2 Corintios 13: 14; 1 Pedro 1:2)
 

4. CREEMOS QUE JESUCRISTO ES DIOS, el cual concebido virginalmente por obra del Espíritu Santo. Tomó condición de hombre, forma de siervo, fue crucificado, derramó su sangre, fue sepultado y luego resucitó corporalmente de entre los muertos, venciendo así el imperio de la muerte y dando esperanza de vida a todo aquel que por su pecado había sido destituido de la gloria de Dios. (Mateo 1:18-25, Lucas 1:31,35, Juan 1:1,14, Filipenses 2:7-8).

5. CREEMOS QUE EL ESPIRITU SANTO ES DIOS, quien hace residencia en el creyente y da dones espirituales a su Iglesia, incluyendo la manifestación de los dones de lenguas, profecía, sanidades y milagros (Hechos 1:4, 1Corintios 12:1-10, 2Corintios 3:17, Isaías 53:4,5, Mateo 8:16,17, 1 Pedro 4:10; Gal.5:22).
 

6. CREEMOS QUE EL HOMBRE FUE CREADO A IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS, con el propósito de tener comunión con Dios, más por su caída causada por el pecado y desobediencia el hombre necesita reconciliarse con Dios: La única esperanza de reconciliación es Jesucristo mismo, cuya sangre nos limpia de todo pecado y cuyo Espíritu nos da testimonio de nuestra salvación. (Génesis 1:26,27, 1Juan 1:7, Romanos 8:16).
 

7. CREEMOS EN LA CAIDA DEL HOMBRE, EL PECADO Y SU CASTIGOEl hombre, según vino de la mano de Dios, su creador, era perfecto. La ley justa que Dios le dio hablaba de vida condicionada a su obediencia y amenazaba con muerte la desobediencia. Satanás usó la sutil serpiente para traer a Eva al pecado y entonces ella sedujo a Adán, quien libremente violó la ley bajo la cual había sido creado y también el mandamiento de Dios de no comer del fruto prohibido. Plugo a Dios, conforme a su sabio y santo propósito, permitir este pecado proponiéndose ordenarlo para su propia gloria. (Gn. 2:16,17, Gn. 3:12,13; 2 Co. 11:3). Creemos que el pecado nos separa de nuestra comunión con Dios. Deliberadamente el ser humano incurrió en desobediencia contra su Creador. Este acto corrompe y trae el juicio divino. (Génesis 3).
 

8. CREEMOS QUE CADA CREYENTE DEBE VIVIR UNA VIDA SANTA, de separación del mundo y dedicación a Dios a través de la asistencia del Espíritu Santo, y así presentar al mundo una evidencia externa de su salvación. (Romanos 12:1-2, 1Tesalonicenses 5:23, Hebreos 13:12, 1Pedro 1:15,16).
 

9. CREEMOS EN LAS ORDENANZAS DE CRISTO REVELADAS A LA IGLESIA:a. El BAUTISMO EN LAS AGUAS POR INMERSION: Que es una confesión pública de que Jesús es el Señor de su vida y una identificación con su muerte, sepultura y resurrección. El bautismo es una ordenanza del Nuevo Testamento instituida por Jesucristo, con el fin de ser para la persona bautizada una señal de su comunión con Él en su muerte y resurrección, de estar injertado en Él, de la remisión de pecados y de su entrega a Dios por medio de Jesucristo para vivir y andar en una vida nueva.( Ro. 6:3-5; Col. 2:12; Gá. 3:2, Mr. 1:4; Hch. 22:16 3. Ro. 6:4). Los que realmente profesan arrepentimiento para con Dios y fe en nuestro Señor Jesucristo y obediencia a Él son los únicos sujetos adecuados de esta ordenanza. El elemento exterior que debe usarse en esta ordenanza es el agua, en la cual ha de ser bautizada la persona en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. La inmersión de la persona en el agua es 15 | P a g e necesaria para la correcta administración de esta ordenanza. (Mr. 16:15-16, Hch. 2:37-41, 8:12-13, Mateo 28:18-20, Mt. 3:11, Hch. 8:36-38). b. LA CENA DEL SEÑOR: Consistiendo en los elementos del pan y el fruto de la vid, que representan simbólicamente el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo. Es un memorial de su muerte y una profecía inminente de su segunda venida (Mateo 28:19, Lucas 22:19-20, Romanos 6:4, 1 Corintios 11:23-26). ). La Cena del Señor Jesús fue instituida por Él la misma noche en que fue entregado, a fin de que sea celebrada en su Iglesia hasta el fin del mundo, para el recuerdo perpetuo y la manifestación del sacrificio de si mismo en su muerte; confirmación de la fe de los creyentes en todos los beneficios de la misma, su alimentación espiritual y crecimiento en Él, para un mayor compromiso en todas las obligaciones que le deben a Él, además ser un vínculo y una prenda de su comunión con Él y entre ellos mutuamente. (1 Co. 11:23-26; Mt. 26:20-26; Mr. 14:17-22; Lc. 22:19-23. Hch. 2:41-42).
 

10.CREEMOS QUE CADA CREYENTE DEBE BUSCAR FERVIENTEMENTE LA PROMESA DEL BAUTISMO EN EL ESPIRITU SANTO Y FUEGO, que da la investidura de poder cumplir con la obra desafiante del Ministerio de Cristo y que puede manifestarse mediante la evidencia física de hablar en otras lenguas y el derramamiento de los diferentes dones espirituales, los cuales lo reparte el Espíritu Santo sobre cada creyente como el quiere. (Lucas 24:49, Hechos 1:8, 2:4,42, 1Corintios 12:).
 

11.CREEMOS QUE JESUCRISTO SALVA, SANA Y LIBERTA. Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos y los beneficios que obtuvo en la cruz del calvario son para los creyentes de todos los tiempos, por lo tanto, el sana físicamente e interiormente el alma, liberta de posesiones y opresiones de demonios que impiden que los hombres vivan una vida en abundancia. Esta autoridad El la ha delegado a los creyentes tal como lo hizo con sus doce discípulos. (Lucas 4:18-20, Isaías 61:1-4, Mateo 8:16-17, Hebreos 13:8, Marcos 16:17-20, Hechos 16:16-18, Hechos 19:10-20, Santiago 5:14-15, 1 Pedro 2:24).
 

12.CREEMOS QUE LA IGLESIA ES EL CUERPO DE CRISTO, la cual está compuesta por los apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros y por los demás redimidos, quienes colectivamente llevan a cabo la adoración a Dios, la evangelización del mundo, la edificación y perfección de los santos a la imagen y estatura de nuestro Señor Jesucristo. Sin diferencia de raza, color, cultura, sexo, edad o status social (Juan 4:23-24, Marcos 16:15-20, Efesios 4:11-16).
 

13.CREEMOS QUE DEBEMOS HONRAR A DIOS CON NUESTROS BIENESDios que es el dueño de todo y ha dado a los hombres el privilegio de ser mayordomos de sus bienes. Por tanto, los creyentes deben honrar a Dios trayendo con gozo ofrendas agradables y el diezmo de todo lo que Dios le de. Al hacer esto estamos sembrando semilla, que abrirá el buen tesoro del cielo en favor nuestro. Cada miembro de la Iglesia deberá cumplir su responsabilidad financiera en la congregación local donde es alimentado espiritualmente, para sostener la obra, de Dios y que el Evangelio se siga predicando en toda la tierra. (Proverbios 3:9-10, Génesis 14:18-20, Hechos 7:4, Mateo 23:23, 2 Corintios 9:6-12, Malaquias 3:8-11).
 

14.CREEMOS QUE EL ARREBATAMIENTO DE LA IGLESIA ES LA ESPERANZA BIENAVENTURADA. En el cual los que han muerto en Cristo resucitaran primero y serán arrebatados juntamente con los creyentes que estén vivos, para ser librado de la gran tribulación. (1Tesalonicenses 4:16-17, Romanos 8:23, Tito 2:13, 1Corintios 15:51-52, Apocalipsis 3:10).
 

15.CREEMOS QUE EN LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO, EL regresará visiblemente a la tierra sin relación al pecado, junto con los santos, colocando sus pies en el Monte de los Olivos, para reinar en la tierra por mil años. (Zacarías 14:5, Mateo 24:27-30, Apocalipsis 1:7, 19:11-14, 20:1-6).
 

16.CREEMOS QUE HABRA UN JUICIO FINAL, en el cual los muertos en pecado serán resucitados y juzgados según sus obras y por no hallarse sus nombres inscritos en el libro de la vida serán atormentados en el lago que arde con fuego y azufre por los siglos de los siglos juntamente con el diablo y sus ángeles, la bestia y el falso profeta. (Mateo 25:46, Marcos 9:43-48, Apocalipsis 19:20, 20:11-15, 21:8).
 

17.CREEMOS QUE EL INFIERNO ES UN LUGAR DE TORMENTO VERDADERO, el cual Dios preparó para Satanás y sus demonios, pero que lamentablemente todos los que rechazan el plan de Salvación que Dios ha trazado para la humanidad a través de su Hijo Jesucristo, tendrán su parte allí y luego del milenio aparecerán delante del gran trono blanco donde serán juzgados por sus malas obras y después arrojados al lago de fuego y azufre por la eternidad. (Mateo 25:41, Marcos 9:45-48, Lucas 16:25-28, Apocalipsis 20:10-15).
 

18.CREEMOS QUE NUESTRO DIOS CREARA CIELOS NUEVOS Y TIERRA NUEVA en los cuales los redimidos gozaremos de eterna paz y justicia y donde la comunión de Dios y el hombre redimido continuarán ininterrumpida y eternamente y para siempre. (2Pedro 3:13, Apocalipsis 21:1-4).

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